La producción de pornografía infantil atraviesa una peligrosa expansión

En los últimos quince años aumentó en 422% el número de delincuentes condenados por este delito en Estados Unidos. Las fuerzas del orden están alarmadas al ver un mayor volumen de fotos y videos con bebés y preadolescentes de por medio circulando en redes sociales y el “internet oscuro”.


Los agentes del FBI descubrieron en el teléfono celular y las cuentas de correo electrónico de Edward Thomas Parsons un inframundo de pornografía infantil luego de que los sistemas de alerta en Internet que persiguen a depredadores sexuales, condujeran sigilosamente al computador y apartamento de este sexagenario en una tranquila calle de la ciudad de Alexandria, Virginia.

Luego de meses de investigaciones en secreto, el mayor hallazgo de los detectives fue que, junto a otro sujeto, Parsons estuvo administrando entre enero y agosto de 2015 un chat grupal en línea frecuentado por pederastas, donde recibió y compartió decenas de fotos y videos que mostraban a niños y adolescentes desnudos o bajo abuso.

Con todas las pruebas en contra, Parsons -un extrabajador del Departamento de Defensa-, fue arrestado en su propia casa y se declaró culpable ante los fiscales en 2018. Meses después, un juez federal lo sentenció a nueve años de prisión seguido de una década de libertad supervisada, la cual caducará cuando tenga casi 80 años.

Aunque el caso de Parsons simboliza una pequeña porción del total de delitos federales cometidos en Estados Unidos, en los últimos 15 años aumentó en 422% el número de condenados por pornografía infantil, al pasar de 98 delincuentes en 2005 a 512 en el año fiscal 2019, un indicador alarmante de los desafíos en torno a este flagelo.      

Los datos que fueron recogidos por la Comisión de Sentencias de EEUU en un informe reciente sobre la producción de pornografía infantil, van en consonancia con una serie de reportes que en los últimos años esta agencia independiente de la rama judicial ha creado para concebir el impacto del abuso de menores a lo largo de toda la nación.

En el año fiscal 2020, 1,023 infractores de pornografía infantil fueron sentenciados en el sistema federal. Los delitos de pornografía infantil han disminuido en un 35,8 % desde el año fiscal 2016, de acuerdo con una actualización de datos publicada en 2021.

Sería la primera vez que los detalles del reporte son presentados con amplio detalle desde su publicación en octubre de 2021.

Entre los hallazgos de los investigadores está el hecho de que cada vez hay un mayor volumen de videos e imágenes de menores abusados en poder de los depredadores; Internet se posicionó como la aldea global para captar víctimas. Y a pesar de los esfuerzos del Congreso contra el abuso infantil, es necesario que los legisladores actualicen ciertas pautas de las leyes para enfrentar estos crímenes.

Parte de lo que ayuda a comprender el incremento de las detenciones y condenas ha sido el hecho de que en la última década el Departamento de Justicia estableció programas para combatir la epidemia de explotación y abuso sexual infantil.

Hoy en día unas 5,400 agencias policiales y fiscales federales, estatales y locales del país cuentan con equipos dedicados, exclusivamente, a esta misión.   

Para tener una imagen más clara del oprobio de la pornografía infantil en el país, solo en 2020 el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC) recibió 21,7 millones de informes de imágenes de abuso sexual infantil en Internet.

El NCMEC, un centro sin fines de lucro que trabaja para detectar imágenes de abuso infantil y reportarlas a las fuerzas del orden, dijo que la mayoría de las fotos y videos estuvieron alojadas en redes sociales como Facebook, Instagram, o Snapchat, a las que cientos de miles de menores acuden incautos cada segundo.

Los problemas que anteriormente la Comisión de Sentencias analizó en el Informe sobre la Pornografía Infantil de 2012 “no se han resuelto y en el peor de los casos, se agravaron porque los depredadores también evolucionaron en sus tácticas”.

La producción de pornografía infantil, su volumen, la accesibilidad de las imágenes para los delincuentes debido a los avances tecnológicos, y las largas sentencias resultantes para los “productores”, siguen siendo los elementos que definen este delito en el país, según los investigadores.

Casi la mitad (47,1%) de todos los condenados por producción en el año fiscal 2019 -el último año de estudio disponible- utilizaron un teléfono inteligente o una tableta para crear una imagen o un vídeo de pornografía infantil, lo que pone de manifiesto la facilidad con la cual los delincuentes están creando nuevos contenidos con simple tecnología que está disponible en un supermercado o farmacia.

De acuerdo con los investigadores, el delincuente promedio que produce materiales de abuso infantil mantiene una posición de confianza sobre la víctima y tiene acceso físico al niño durante la elaboración de pornografía, un patrón sistemático de la violencia contra los menores en casi todo el mundo.

De los 512 delincuentes que produjeron pornografía infantil condenados en el año fiscal 2019, dice el informe, 60,3 % estaban relacionados o mantenían una posición de confianza sobre la víctima menor de edad, ya sea a través de relaciones familiares o por ejemplo en virtud del papel del delincuente como profesor de la escuela o entrenador.

El caso de Larry Nassar, exmédico de la selección nacional de gimnasia estadounidense condenado por múltiples cargos de abuso sexual de mujeres jóvenes atletas, ilustró la magnitud de un crimen que muchas veces las víctimas ocultarán por miedo o vergüenza.

Larry Nassar fue acusado de abusar de por lo menos 100 niñas y mujeres jóvenes, incluyendo a varias gimnastas olímpicas conocidas (Foto/Dreamstime)

Nassar, quien está en prisión cumpliendo lo que equivale a cadena perpetua, fue acusado en 2019 de abusar de un centenar de pacientes femeninas, incluida la campeona olímpica Simone Biles y la mayoría de los dos últimos equipos de gimnasia olímpica femenina del país, bajo la apariencia de aplicar tratamiento médico.

Sin embargo, debido a los avances tecnológicos y la naturaleza cambiante de los delitos de abuso sexual, una proporción cada vez mayor de depredadores explota a las víctimas de forma remota mediante el uso de Internet o dispositivos móviles.

Quizá eso explica que más de un tercio (35,4%) de los condenados en 2019 eran extraños en Internet que conocieron a sus víctimas a través de una plataforma en línea, más del doble de los condenados en 2010 (14,3 %).

Cuando la esposa de Juan Osorio tomó el celular de su hija de siete años para verificar su cuenta de Instagram, se percató que un usuario desconocido le había enviado un mensaje a la menor. Al aceptarlo, lo que vino después fue contenido obsceno, en su mayoría, fotografías sexuales.

“Esto fue una señal de peligro para nosotros. Hoy en día los celulares son más peligrosos que la propia calle para los niños”, relató el señor Osorio desde su oficina en la ciudad de Miami.   

En comparación con 2019 el NCMEC experimentó en 2020 un aumento del 28% en los informes de CyberTipline, la herramienta en línea para denunciar abusos contra menores.

“En el primer trimestre de 2020, el Centro se dio cuenta de que los depredadores discutían abiertamente sobre la pandemia como una oportunidad para atraer a niños no supervisados ​​a producir material sexualmente explícito”, dijo en un reporte John Shehan, vicepresidente de la División de Niños Explotados del NCMEC.

Sin límites, sin distinción

El informe de la Comisión de Sentencia reveló también el grado de vulnerabilidad que tienen los menores sin importar su edad cuando se trata de producir pornografía infantil.

En 2019 el 60% de las víctimas tenía 12 años o menos, y el 16,8% de los casos involucró a un bebé o niño pequeño, indicó el documento.

Los seis principales distritos para los delincuentes de pornografía infantil en 2020 fueron: Distrito Oeste de Missouri (42); Distrito Oeste de Nueva York (33); Distrito Medio de Florida (31); Distrito Sur de Texas (31); Distrito Oeste de Texas (30) y Distrito Este de Virginia (30).

En marzo de 2017 los padres de un menor de seis años quedaron sorprendidos cuando descubrieron que su hijo se había comunicado y creado imágenes sexualmente explícitas a petición de otro usuario en la aplicación de redes sociales Musical.ly (ahora Tik Tok).

Luego de hacer la denuncia los investigadores identificaron al delincuente como un depredador de California con una larga lista de víctimas.

De acuerdo con documentos judiciales del caso examinados por Itemp, las actividades de Jacob Blanco, de 29 años, implicaron utilizar una variedad de redes sociales para atacar y manipular a distancia a por lo menos 50 menores, entre ellas niñas, quienes le enviaron material explícito, según la confesión.

En la primera década del año dos mil a medida que la nación notaba como el flagelo de la pornografía infantil ganaba terreno en el incipiente submundo del “internet oscuro”, el Congreso aprobó en 2003 la Ley PROTECT, que estableció las penas legales vigentes para los delitos de pornografía infantil.

El presidente George W. Bush firmó en 2003 la Ley Protect (Foto/Christopher Halloran | Dreamstime)

En Estados Unidos producir, distribuir y poseer material pornográfico infantil conlleva una pena mínima obligatoria de 15 años de prisión y una pena máxima de 30 años, aunque la suma de agravantes puede llevar la condena a 50 años.

Pero con la Ley PROTECT, el Congreso no solo creó nuevos marcos de sanciones mínimas obligatorias para los delitos de recepción, distribución, sino que aumentó las penas máximas legales para todos los delitos de pornografía infantil que no sean de producción.

En los últimos años los principales tipos de delitos no relacionados con la producción han sido distribuir, recibir y poseer material pornográfico infantil, y para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley esto se convirtió en la infracción más común, con penas que pueden ir de un año a cincuenta años en prisión.

Con el tiempo, los casos de recepción y distribución combinados (con un mínimo obligatorio de cinco años) superaron a los casos de posesión como el tipo más común de delito de pornografía infantil que no es de producción, mostró el informe.

“Los casos de posesión fueron predominantes desde los años fiscales 2007 a 2011, pero después de 2011, el número de casos de recepción y distribución superó los casos de posesión. La brecha se amplió entre los años fiscales 2017 y 2019. La mayor diferencia se produjo en el año fiscal 2019, con 202 infractores de recepción y distribución más sentenciados que infractores de posesión”.

Un hallazgo clave en los últimos años es que a medida que los delincuentes son capturados, las autoridades han tenido que navegar en un submundo de personas que se protegen entre sí y actúan como una hermandad del crimen.

No es extraño que más de un tercio (36,3%) de los infractores de producción de pornografía infantil en 2019 eran miembros de comunidades de pornografía infantil en línea dedicadas específicamente a discutir contenidos de explotación o abuso.

En el año fiscal 2020, el Programa del Grupo de Trabajo sobre Delitos de Internet contra Niños (ICAC, en inglés) del Departamento de Justicia, ejecutó 109,000 investigaciones y 85,600 exámenes forenses a presuntos depredadores. 

Estos esfuerzos resultaron en el arresto ese año de 9,200 personas en decenas de estados donde el ICAC funciona con una red nacional de 61 grupos de trabajo con más de 5,400 agencias policiales y fiscales federales, estatales y locales.

El asesinato en febrero de 2021 de dos agentes del FBI que se disponían a registrar la vivienda de un sospechoso de poseer imágenes de abuso sexual infantil en el condado de Broward, Florida, expuso los peligrosos al que se enfrentan las fuerzas del orden a la hora de enfrentar esto delito.

“Este trágico evento simplemente reiteró cuán peligrosas son las investigaciones del ICAC y las operaciones de ejecución. Muchos sospechosos han tenido poca o ninguna interacción previa con las fuerzas del orden y el sistema judicial”, dijo el sargento Thomas McInerney de la Oficina del Sheriff del condado de Broward, la jurisdicción donde ocurrió el tiroteo contra los agentes del FBI.

Florida ha sido testigo en el último año de una serie de arrestos de alto perfil relacionados con explotación infantil en línea, de acuerdo con el New York Times, cuando el estado ocupa el cuarto lugar del país con el mayor número de niños desaparecidos en 2020, muestran datos oficiales.

La Oficina del Sheriff en el condado de Broward tiene un equipo a tiempo completo dedicado a combatir el abuso infantil en Internet (Foto/Oficina del Sheriff)

En el condado de Broward, el segundo más poblado de Florida después de Miami-Dade, la Oficina del Sheriff tiene una unidad ICAC de tiempo completo que consta de ocho detectives, dos sargentos y dos analistas de delitos, agregó McInerney, quien coordina esta área.

Por ejemplo, la unidad del ICAC en la Oficina del Sheriff de Broward ha realizado unos 41 arrestos relacionados con abuso infantil y el Grupo de Trabajo del ICAC del Sur de la Florida más de 158 detenciones este año (de enero a septiembre de 2021). 

“El grupo de trabajo ha recibido más de 5, 920 Cybertips de NCMEC durante este mismo período de tiempo”, dijo el sargento McInerney.

Más videos, menos fotos: más horror

Las fuerzas de orden y las organizaciones públicas y privadas que combaten el abuso infantil están conscientes que los cambios tecnológicos contribuyeron al aumentado en el volumen y la accesibilidad de la pornografía con menores, lo que llevó la lucha contra ese delito a un nivel superior en la búsqueda de responsables.

“Los delitos de pornografía infantil que no son de producción están involucrando cada vez más cantidades voluminosas de videos e imágenes de naturaleza gráfica, que a menudo involucran a víctimas más jóvenes,” advirtió otro informe de la Comisión de Sentencias publicado en junio de 2021 el cual estudió el perfil de los “no productores de pornografía infantil”.

Las autoridades están alarmadas por los volúmenes de fotos y videos con pornografía infantil arrebatadas a los que descargan este material en línea (Foto/Camilo Jimenez)

“En el año fiscal 2019 -expuso el reporte- los delitos de pornografía infantil no relacionados con la producción involucraron una cantidad promedio de 4,265 imágenes, y algunos delincuentes poseían y distribuían millones de imágenes y videos”.

Otro dato alarmante fue que más de la mitad (52,2%) de los delitos de pornografía infantil no relacionados con la producción ese año incluyeron imágenes o videos de bebés o niños pequeños, y casi todos los delitos (99,4%) incluyeron víctimas preadolescentes (edad menor de 8 años en niñas y menor de 10 años en varones).

Un portavoz del Departamento de Justicia dijo a Itemp que el desafío al que se enfrentan las fuerzas del orden en contra de estos delitos pasa, sobre todo, por generar conciencia global sobre lo que es la seguridad de los niños cuando usan internet. 

“Nos enfrentamos a la necesidad de cambiar el sentimiento en todo el mundo con respecto a la seguridad infantil en línea. Si logramos cambiar esto, los gobiernos, la industria y la sociedad en general, darán prioridad a la seguridad infantil en línea y brindarán a los niños la protección que se merecen”.

Un indicador de que los abusadores se están mostrando cada vez más crueles y “exigentes” en la perversión de sus víctimas es el hecho de que, de 1,340 delincuentes condenados en 2019, 981 (73,2%) tenían imágenes y videos, 166 solo tenían imágenes (sin videos) y los 90 restantes solo tenían videos (sin imágenes).

Cuando el NCMEC presentó en febrero el informe de 2020 sobre la explotación infantil en línea Facebook se llevó el peor resultado de los gigantes de Silicon Valley, al reportar más de 20 millones de imágenes de abuso sexual infantil en su plataforma.

Facebook, cuyo nuevo nombre corporativo es Meta, ha defendido el volumen de imágenes reportadas por el NCMEC como una muestra de la batalla frontal dentro de la red social contra el abuso infantil, más que algo que deba ser interpretado como un almacén de pornografía de menores.

Facebook es donde se concentró en 2020 el mayor material de fotos y videos de abuso sexual en línea (Foto/Greg Bulla-Unplash)

Jeanne Moran, una portavoz de Meta, comentó a Itemp que “la explotación infantil es un problema de toda la industria que requiere una acción colectiva para proteger a los niños” más que depender de una sola empresa.

La vocera citó a Antigone Davis, directora global de seguridad de Meta, para recordar que la empresa “ha compartido su tecnología contra el abuso con otras empresas y hemos trabajado con expertos para prevenir y abordar esta situación”.

Facebook y su familia de aplicaciones, incluidas Instagram y WhatsApp, usan la tecnología PhotoDNA y otras técnicas sofisticadas para detectar, eliminar y prevenir el intercambio de imágenes y videos que explotan a los niños.

“Utilizamos una combinación de tecnología y señales de comportamiento para detectar y prevenir el acicalamiento o interacciones potencialmente inapropiadas entre un menor y un adulto”, respondió la vocera en respuesta a una consulta sobre cómo Facebook está trabajando para enfrentar el colosal volumen de imágenes ilegales en su red.

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